Alternativas al plan de pensiones para ahorrar para la jubilación
La diversificación es una de las máximas del ahorro
Los planes de pensiones son los vehículos preferidos por los españoles para canalizar el ahorro destinado a su futura jubilación. Flexibilidad de las aportaciones, amplia gama que abarca todos los perfiles de riesgo y ventajas fiscales que permiten reducir la factura de IRPF todos los años son algunos de sus principales argumentos.
Según la VIII Encuesta del Instituto BBVA de Pensiones: El impacto del COVID en las perspectivas de ahorro y jubilación, el 61% de quienes ahorran para la jubilación lo hace a través de planes de pensiones ( 50% a través de planes individuales y asociados, y un 11% a través de planes de pensiones de empleo).No obstante, existen otros vehículos de ahorro que suponen una interesante alternativa (o complemento en muchos casos) a los planes de pensiones. Entre ellos destacan:
Fondos de inversión
Son vehículos de inversión colectiva, con muchas similitudes e igual vocación de inversión que los fondos de pensiones. Sin embargo, no están específicamente diseñados para el ahorro para la jubilación, por lo que no gozan de las ventajas fiscales que tienen las aportaciones a planes de pensiones. Por el contrario, son productos con total liquidez, con lo que el ahorro se encuentra disponible en cualquier momento sin la necesidad de acreditar una contingencia concreta. Tributan en el IRPF como ganancia patrimonial por la diferencia entre el precio de enajenación y el de adquisición. Si el importe no se rescata y se traspasa a otro fondo, no habrá impacto fiscal alguno.
Los fondos de inversión son un complemento ideal a los planes de pensiones para acoger ese importe que no se puede aportar a éstos últimos por los límites establecidos en el reglamento ( desde enero de 2021, no se pueden aportar más de 2.000 euros anuales a planes de pensiones).
Planes de Previsión Asegurados
Los PPA son vehículos de ahorro a largo plazo con unas características y un régimen muy similar al de los planes de pensiones. La principal diferencia es que los planes de pensiones están instrumentalizados en fondos de pensiones, mientras que los planes de previsión asegurados se integran en una póliza de seguros.
Los PPA tienen que tener una rentabilidad garantizada mediante técnicas actuariales. Es otra diferencia con los planes de pensiones, los cuales pueden tenerla (caso de los planes garantizados) o no.
Planes Individuales de Ahorro Sistemático
Los PIAS es un vehículo de ahorro previsional a largo plazo que permite la constitución de una renta vitalicia asegurada que podrá servir de ingresos complementarios a la pensión pública de la Seguridad Social. El capital acumulado que dará lugar a las rentas vitalicias se constituye a través de aportaciones periódicas (primas). Por su estructura y sus características podría decirse que los PIAS son un híbrido entre un seguro y un plan de pensiones.
La aportación máxima anual a PIAS está limitada a 8.000 euros y el máximo global que se puede aportar a este producto es de 240.000 euros. El rescate goza de una excelente fiscalidad siempre que hayan transcurrido al menos 5 años desde la primera aportación y puede eximir de tributación hasta el 92% de la renta percibida en función de la edad del titular
Planes de ahorro a largo plazo
Los planes de ahorro a largo plazo, también conocidos como planes de ahorro 5, son un instrumento de ahorro dirigido a pequeños inversores. Una de sus principales características es la exención de las rentas generadas siempre que se aporten cantidades inferiores a 5.000 euros anuales y transcurran al menos cinco años desde su primera aportación.
Pueden tomar dos formas: SIALP (Seguro Individual de Vida o Ahorro a Largo Plazo) o CIALP (Cuenta Individual de Ahorro a Largo Plazo), y se instrumentalizan respectivamente en seguro individual de vida y cuenta de ahorro.
Inversión directa en acciones
La inversión en acciones es una opción de riesgo, dada la volatilidad de estos títulos. Sin embargo, el ahorro para la jubilación es un objetivo de muy largo plazo, en el que la volatilidad pasa a un segundo plano cuando el horizonte temporal hasta jubilarse es muy dilatado.
Así, una posibilidad de canalizar el ahorro para la jubilación es optar por invertir en acciones de lo que se conocen como “blue chips”, es decir, empresas de gran capitalización y con negocios estables y recurrentes, que además ofrecen interesantes rentabilidades por dividendo todos los años. Mantener este tipo de inversión no es sin embargo aconsejable cuando nos encontramos cercanos a la jubilación, momento en el que prima la seguridad por encima de la rentabilidad y por lo tanto el objetivo es la preservación del capital.