Cómo mejorar el sistema español de pensiones, por Rafael Doménech
Nuestro sistema requiere, más que un cambio drástico, una adaptación a los continuos cambios sociales y demográficos
“El sistema de pensiones en España es perfectamente viable y sostenible, siempre que se adapte a los continuos cambios económicos, sociales y demográficos que experimenta la sociedad española”. Son palabras de Rafael Doménech, responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research y uno de los invitados a las ponencias de la Comisión del Pacto de Toledo en el Congreso de los Diputados, que se refiere a la necesidad de encontrar un doble equilibrio ante los continuos cambios del sistema:
- Cambios graduales pero efectivos que garanticen la sostenibilidad y resulten creíbles para la sociedad.
- Entre generaciones y colectivos que se vean afectados por los cambios en el sistema.
A este respecto, Doménech apunta a Suecia como un país que, por las reformas que ya ha llevado a cabo y los resultados que está produciendo, puede erigirse como una referencia para las reformas que nuestro país necesita, y señala dos principales retos:
- Cada vez vivimos más (la esperanza de vida aumenta aproximadamente 16 meses cada 10 años), pero la edad de jubilación no lo hace en consonancia (6 meses por década).
- La generación del baby boom comenzará a jubilarse en 2022, con una mayor esperanza de vida que sus homólogos europeos.
Situación actual
Según las previsiones actuales, los ingresos tendenciales del sistema (corregidos por el ciclo económico) crecen a una tasa inferior al 3%, que es la mitad de la registrada antes de la crisis. Existen dudas sobre cuál va a ser el crecimiento potencial tras la crisis.
Por otro lado, el déficit del sistema de pensiones ascendió en 2018 a 18.937 millones de euros. Se estima que en 2019 el déficit en pensiones excederá en un 12,6% el gasto (18.650 millones de euros), abriéndose una brecha estructural entre ingresos y gastos que no se cerraría en el medio plazo, aun manteniendo el Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP).
Pese a esto, la tasa de prestación de las pensiones españolas es de las más elevadas de la Unión Europea. Esta tasa relaciona la pensión media con el salario medio.
Componentes del déficit actual
- La crisis económica: Los ingresos del sistema en 2018 serán un 4,5% superiores a los de 2008 mientras que los afiliados a la Seguridad Social eran en 2018 un 2,2% menos que los registrados en mayo de 2008.
- El número de pensiones crece entre 2008 y 2018 un 1,3%.
- El efecto sustitución alcanza niveles del 1,7% entre 2008 y 2018. Este efecto sustitución refleja un desequilibrio actuarial. De acuerdo con los cálculos de Domínguez et al (2011), antes de la reforma de 20112, el desequilibrio del sistema suponía que por cada euro de cotización se adquirían derechos de pensiones por 1,44 euros, ambas cantidades en valor presente. Antes de la crisis este desequilibrio se podía financiar con un crecimiento del empleo superior al del número de pensiones (esquema de Ponzi).
- Cuando la reforma del 2011 esté plenamente en vigor (2027) el déficit actuarial se reduciría de 1,44 a 1,28. Con la reforma de 2013 a partir de 2019 se impide que el déficit crezca con el aumento de la esperanza de vida.
Propuestas de mejora
- La sostenibilidad del sistema público de pensiones no interfiere en los objetivos de suficiencia y eficiencia. Al contrario: sin sostenibilidad la suficiencia está en peligro.
- El Índice de Revalorización de las pensiones y el Factor de Sostenibilidad garantizan la sostenibilidad del sistema, su equilibrio presupuestario a largo plazo y permiten todas las opciones posibles, salvo pagar pensiones incurriendo en un déficit estructural, que requiere tomar medidas para su corrección.
- El número de pensiones de la Seguridad Social aumentará hasta los 15 millones en 2050, frente a 9.473.482 pensiones de diciembre de 2016 y la tasa de dependencia prácticamente se duplicará. De este modo, para atender los 15 millones de pensiones previstas en 2050 se necesitarían 28,5 millones de cotizantes.
En estos escenarios, la sociedad española tiene tres alternativas que combinar para dar respuesta a los desafíos:
- Aumentar la presión fiscal para evitar la caída de la tasa de beneficio: más impuestos o menos gasto público en otras partidas presupuestarias.
- Reformas estructurales que disminuyan la tasa de desempleo, aumenten la tasa de actividad y de empleo, la productividad y los salarios (más capital productivo, humano y tecnológico): pensiones mayores aunque disminuya la tasa de beneficio.
- Más ahorro complementario: compensar la reducción de la pensión media sobre el salario medio con más ahorro (como en Suecia, UK, etc.).
Propuestas concretas
- Mantener las reformas introducidas en los años 2011 y 2013.
- Introducir nuevas medidas graduales que aumenten la contributividad y eficiencia del sistema, al tiempo que aseguren la sostenibilidad y suficiencia.
- Sustituir las reducciones de cuota por otras políticas de empleo, convergencia de los regímenes especiales al régimen general, compatibilizar pensión y trabajo al 100%, edad de jubilación flexible por encima de un mínimo creciente, adaptar pensiones de supervivencia a los cambios sociales y lucha contra el fraude.
- Introducir cuentas individuales/nocionales de reparto, con un periodo transitorio, y de capitalización de adhesión automática, con aportaciones de trabajadores y empresas (e.g, NEST en RU), asegurando la portabilidad mediante gestión pública, ...
- ... blindando la pensión mínima con aumentos según la inflación subyacente y las ganancias de productividad, con transparencia del complemento efectuado.
Ventajas del sistema de cuentas nocionales
- El sistema no pierde los componentes de reparto y progresividad.
- Sistema transparente, sencillo y claro para los futuros pensionistas: en su jubilación, el valor acumulado de las contribuciones a lo largo de su carrera laboral equilibra el valor presente descontando de las pensiones que recibirán.
- Incentiva la demanda y oferta de trabajo, y las decisiones planificadas sobre la carrera laboral, la formación continua, el momento de la jubilación y el ahorro para la jubilación.