Cómo priorizar entre diversos objetivos de ahorro
Si ahorrar a veces se hace cuesta arriba, manejar varios objetivos de ahorro puede ser muy complejo si no se tiene un plan. Toma nota de estos consejos
Cierto es que el ahorro es un sacrificio, pues básicamente consiste en renunciar a consumo presente en favor de un consumo futuro que no siempre se aprecia en su justa medida. Este es frecuentemente el caso del ahorro para la jubilación: “¿Ahorrar para dentro de 30 años?”, pueden pensar muchos. Sin embargo, es uno de los hitos de ahorro más importantes en la vida de una persona y cada vez lo será más, dado que vamos camino de vivir jubilaciones de más de 20 años de duración, en base a las esperanzas de vida previstas.
Si bastante tenemos muchas veces con pensar en el simple hecho de ahorrar, más cuesta arriba puede parecernos compaginar diversos objetivos de ahorro, algo sumamente frecuente en la vida de cualquier persona. Pensemos por ejemplo en los objetivos que puede tener una persona de 30 años:
- Ahorrar para la entrada de una casa.
- Ahorrar para comprarse un coche.
- Ahorrar para realizar un máster.
- Ahorrar para visitar a un buen amigo que vive en el extranjero.
- Ahorrar para su jubilación. Sí, el mejor momento para comenzar el ahorro para la jubilación es en los primeros años de vida laboral, para poder hacerlo muy progresivamente y sin agobios sin que el objetivo final se resienta.
¿Cómo compaginar diversos objetivos sin volverse loco? En primer lugar, es importante identificar el tipo de ahorro y en función de ello tratar de priorizar. Veámoslo por fases:
Listar y ordenar los objetivos
En primer lugar, deberás poner “negro sobre blanco” tus objetivos de ahorro, independientemente del plazo y coste. Ordénalos de mayor a menor importancia, lo cual no tiene necesariamente que estar relacionado con la distancia temporal a la que se encuentren. Por ejemplo, seguramente será más importante ahorrar para la jubilación que para comprarse un segundo coche de uso recreativo.
Márcate un nivel de ahorro para cada objetivo
Determina qué cantidad de ahorro mínima debes dedicar a cada objetivo, aquella a la que no deberías renunciar en ningún caso. En los objetivos más importantes, sé más ambicioso y excede ese mínimo en la medida de tus posibilidades. Según vayas cumpliendo objetivos, sustituye éstos por aquellos nuevos que puedan surgir y vuelve a hacer el mismo ejercicio de planificación.
Si llegan tiempos de estrecheces…
En este caso, trata de seguir manteniendo el compromiso con los objetivos más importantes. Si es por un tiempo limitado, puedes aparcar objetivos importantes a largo plazo por solventar urgencias en el corto plazo, pero procura minimizar estos plazos. Si las estrecheces se prolongan, mantén el hábito del ahorro aún con pequeñas cantidades que, en plazos largos, acaban teniendo efectos muy importantes.
¿Objetivo finalista o colchón de seguridad?
Un buen hábito es también ahorrar sin un objetivo específico y con el fin de crear un colchón de seguridad con el que hacer frente a posibles imprevistos. Considera este punto como un objetivo de ahorro importante, pues en caso de que dichos imprevistos se materialicen, muchas veces es difícil o es costoso recurrir a un ahorro que quizá se encuentre comprometido para otro objetivo de ahorro. Márcate un nivel objetivo de colchón de seguridad y una vez completado, vuelve a redistribuir esfuerzos entre otros objetivos, procurando respetar este ahorro de seguridad para que pueda cumplir su objetivo llegado el caso.