Cómo superar la inflación en un entorno de bajos tipos de interés: clave para construir mi ahorro futuro
Para amasar un capital suficiente para vivir en la jubilación no basta con acumular ahorros en una caja fuerte o debajo del colchón. Hay que invertirlos para superar la inflación, que erosiona el valor del dinero a lo largo del tiempo.
La inflación empobrece a los ahorradores con el tiempo. ¿Por qué? Porque los precios de las cosas suben, y eso quiere decir que el valor que hoy tiene una cierta cantidad de dinero habrá disminuido en el futuro. En otras palabras, lo que hoy vale un euro, mañana tendrá un precio mayor, o, dicho de otro modo, mañana se podrá comprar menos cosas por un euro de lo que se puede comprar hoy. Eso es el poder adquisitivo de los ciudadanos, que disminuye con la inflación.
Por eso, cualquier ahorrador que piense en ahorrar para su jubilación tendrá que tener en cuenta
que acumular capital, en una caja fuerte o debajo del colchón, no será suficiente: tendrá también que conseguir que esos ahorros no pierdan valor con el paso del tiempo, es decir, tendrá que proteger su capital del efecto nocivo de la inflación.
¿Cómo hacerlo?
La única vía es invertir en vehículos financieros, o productos no financieros, que ofrezcan la posibilidad
de aumentar los ahorros con el tiempo, por lo menos en línea con la inflación.
Es decir, si los precios suben un 1% cada año, hay que lograr con esa inversión que nuestros ahorros también crezcan un 1% cada año, como mínimo. Solo así mantendremos el poder de compra cuando nos jubilemos. Es decir, solo así el dinero ahorrado a lo largo de los años mantendrá su valor y nos permitirá una jubilación digna.
Lo primero que hay que considerar es en qué niveles está la inflación, para poder determinar cuánto riesgo es necesario asumir en las inversiones. Porque, normalmente, cuando más riesgo asuma,
también tendré posibilidad de obtener más ganancias, y viceversa. En las economías desarrolladas, en el corto plazo la inflación por lo general se mantiene en torno al 2%-3%, pero, transitoriamente, con la crisis de COVID19 el crecimiento económico negativo y también la subida de precios. El año pasado (2019), en España subieron los precios un 0,8% pero actualmente es negativo ( -1,4 interanual a septiembre 2020), aunque las previsiones apuntan a que esta cifra aumentará para el año que viene ( +0,9%) y siguientes
Considerando esta situación, el ahorrador tendrá que elegir productos que le ofrezcan rentabilidades superiores a esos datos. Hasta hace poco más de una década, los depósitos bancarios a uno o dos años ofrecían rentabilidades del 3% y 4%, que bastaban para superar la inflación, pero ahora ofrecen mucho menos, en un entorno de tipos de interés más bajos. Conviene buscar productos alternativos y más aptos para el ahorro a largo plazo, que no obliguen a tener que estar continuamente moviendo los ahorros para el futuro. Por ejemplo, están los seguros, los fondos de inversión o los planes de pensiones. En ocasiones, esos productos garantizan el capital y una rentabilidad que puede ser suficiente para batir a la inflación.
Por eso los expertos recomiendan que el capital en depósitos o cuentas de ahorro sirvan como ahorro
de emergencia, del que echar mano cuando se necesite. Pero recomiendan invertir el resto en productos con los que se pueda batir a la inflación a largo plazo. Sobre todo en un entorno de tipos de interés muy bajos, en los que los productos más conservadores (como esos depósitos) ofrecen rentabilidades muy bajas e insuficientes para batir a la inflación.
¿Por qué es importante?
Igualar o batir a la inflación es fundamental para los ahorradores a largo plazo, sobre todo para
asegurarnos de que, una vez llegado el momento de la jubilación, no nos encontremos que el dinero que hemos ahorrado hace 20 años no nos llega para vivir.
Por ejemplo, si ganas 30.000 euros al año y te quedan 30 para jubilarte, y calculas que, con la pensión
pública que te quedará has de tener ahorrados 200.000 euros para mantener tu nivel de vida en la jubilación, la verdad es que pasados esos 30 años necesitarás en realidad más de 200.000 para poder mantener el nivel de vida que tienes hoy.
Si la inflación acumulada en esos años (que dependerá del crecimiento y las condiciones económicas) es del 10%, necesitarás tener 220.000 euros ahorrados en realidad. Por eso, cada vez que escuches un dato de inflación, recuerda también la importancia que esto tiene para tu situación futura.