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Salud financiera   29 Abr 2021

Cuándo optar por un PPA como producto de ahorro para la jubilación

Autor

Instituto BBVA de PENSIONES

Los Planes de Previsión Asegurados tienen características que los hacen aptos para los inversores más conservadores

Los planes de previsión asegurados, PPA por sus siglas, son vehículos de ahorro previsional a largo plazo cuyo régimen jurídico y fiscal se asimila al de los planes de pensiones individuales (PPI). Con muchas similitudes, es cierto que los PPA se encuentran un poco a la sombra de los PPI en cuanto a popularidad y frecuencia de contratación, lo que no significa que puedan ofrecer interesantes ventajas a determinado tipo de ahorradores.

Los PPA se configuran como contratos de seguro individual de previsión voluntaria. Al igual que en el caso de los PPI, esta previsión voluntaria es siempre complementaria a la previsión pública y obligatoria del sistema de Seguridad Social, no siendo sustitutivas de éstas en ningún caso. El objetivo tanto de PPA como de PPI es generar un ahorro del que se pueda disponer en la jubilación (o con anterioridad, en una serie de circunstancias contempladas en la ley que los regula) y que permita complementar la pensión pública, algo cada vez más necesario en función de las previsiones sobre la futura evolución de ésta última.

Una de las escasas diferencias entre planes de pensiones y planes de previsión asegurados es que mientras los primeros se encuentran instrumentalizados en fondos de pensiones, los segundos toman forma a través de una póliza de seguros. El seguro deberá garantizar un interés basado en técnicas actuariales, algo que no ocurre en el caso de los planes de pensiones en los que la rentabilidad no estará garantizada. Las principales figuras en los PPA son el tomador (el contribuyente), el asegurado (que coincide con el tomador) y el beneficiario (que en caso de fallecimiento pueden ser personas distintas designadas por el tomador).

Mismo régimen fiscal en PPI y en PPA

Al igual que los PPI, los PPA también permiten pagar menos impuestos, dado que se permite desgravar las aportaciones en IRPF, y diferir el pago de los mismos al momento del rescate. En ambos casos, las prestaciones tendrán la consideración de rendimientos del trabajo.

La cantidad máxima que hasta 2020 se podía aportar anualmente era de 8.000 euros y el límite anual de desgravación, hasta 2020,  consistio en la menor de las siguientes cantidades:

  • 8.000 euros.
  • El 30% de los rendimientos brutos del trabajo y actividades económicas.

Los límites de aportación y desgravación aplican conjuntamente a PPA y PPI

A partir del año 2021, la deducción máxima por aportaciones a Planes de Pensiones individuales y a PPA  ha disminuido y ha pasado a ser la menor entre  2.000 euros anuales y el 30% de los rendimientos brutos del trabajo y actividades económicas. También ha disminuido la aportación a favor del cónyuge fiscalmente deducible, que ha pasado de 2.500 euros hasta 31/12/2020 a  1.000 euros anuales a partir de 2021.

Traspasos entre PPI y PPA

Los tomadores de los PPA pueden movilizar sus derechos económicos de forma total o parcial a otro PPA, pero también a PPI y a PPSE (planes de previsión social empresarial). De igual modo es posible la movilización inversa, desde PPI o PPSE hacia PPA. Esta movilización de derechos se hará por el importe de la provisión matemática del seguro, sin que el tomador deba asumir gastos o comisiones.

¿Cuándo me conviene un PPA?

En primer lugar, es importante matizar que los PPA pueden coexistir perfectamente con los PPI en la cartera de un ahorrador, pues como veremos, cada uno puede ir orientado a un objetivo diferente. Sí hay que tener en cuenta que los límites anuales de aportación aplicarán de forma conjunta a ambos.

Los PPA, al garantizar el capital y un interés mínimo, ofrece gran tranquilidad a aquellos ahorradores de perfil más conservador, bien por aversión al riesgo o bien porque su cercanía a la jubilación aconseja centrarse en la preservación del capital.

Una estrategia adecuada sería aprovechar los PPA para la parte más conservadora de la cartera y los PPI para el porcentaje de inversión que podamos posicionar en un perfil más decidido. En lo que sería el ciclo de ahorro para la jubilación en la vida de una persona, lo más adecuado sería que prevaleciese el PPI en los primeros años y que tuviesen más preponderancia los PPA, o en su defecto los PPI de perfil conservador, según se acerca la edad de jubilación. 

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