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Jubilación   9 Jul 2019

La ciencia lo respalda: jubilarse más tarde es saludable

Autor

Instituto BBVA de PENSIONES

Las evidencias son claras: retrasar la jubilación incrementa la calidad de vida y mantiene alejadas algunas patologías

Parece innegable que aquellos que nacen ahora o incluso aquellos que se incorporan en estos momentos al mercado laboral se jubilarán más tarde. De hecho, España ya se encuentra en estos momentos en una fase de incremento gradual de la edad de jubilación, desde los históricos 65 años hasta los 67 años, donde quedará fijada desde el año 2027. Pero no parece que los 67 años vaya a ser una edad de jubilación que perviva décadas. El incremento de la esperanza de vida es un fenómeno que, al menos de momento, no se detiene y condicionará el futuro de los sistemas de pensiones.

En nuestro entorno, la situación es parecida. Nuestros vecinos europeos también están viendo elevada la edad ordinaria de jubilación y países como Suecia van más allá: se ha llegado a debatir la posibilidad de establecer la jubilación a los 80 años. ¿Exagerado? Quizá ahora lo parece, pero nada se puede descartar en un futuro. Como expone José Antonio Herce, presidente del Foro de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones, la clave en el futuro de las pensiones es la longevidad, y una medida saludable a ese respecto sería vincular la edad de jubilación a la evolución de la esperanza de vida.

La jubilación desde el punto de vista vital

Los argumentos para retrasar la edad de jubilación se enmarcan en la necesidad de ajustar los flujos de ingresos y gastos de los sistemas de pensiones. Cuando la edad de jubilación se estableció en 65 años, la esperanza de vida se situaba ligeramente por encima de los 70 años. En media, se abonaban pensiones inferiores a los 10 años. Actualmente la esperanza de vida supera los 80 años y hacia mediados de siglo podría rondar los 90. Abonar jubilaciones durante 25 años es sin duda todo un reto financiero para el sistema.

Pero veámoslo desde un punto de vista vital: en esta evolución una persona de 70 años de este tiempo perfectamente podría equivaler a una persona de menos de 60 de hace unas décadas. La evolución en el ámbito de la medicina ha incrementado exponencialmente la calidad de vida de los mayores. Por tanto, si vamos a vivir 90 años, ¿no nos gustaría estar física y mentalmente activos con 70?

Podemos ir más allá: numerosos estudios demuestran que en muchos casos el trabajo es mucho más saludable que encontrarse ocioso, y que en el caso de muchas personas el declive tanto físico como mental comienza en el tránsito del mundo laboral a la jubilación. Un estudio de la prestigiosa Universidad de Columbia afirma que “la jubilación puede deteriorar la capacidad cognitiva” y que la motivación que implica estar inmerso en una actividad laboral y la interacción social que supone tienen mucho que ver con mantener una mente saludable.

Trabajar más puede implicar vivir más, según un estudio del Journal of Epidemiology & Community Health, que afirma que las posibilidades de vivir más años se incrementan en aquellos que prolongan su vida laboral entre los 66 y los 72 años y concluye que cuanto más tiempo esté una persona jubilada, más probabilidades tiene de padecer distintas patologías.

Además, la jubilación incrementa en un 40% las probabilidades de que una persona caiga en depresión, según el Institute of Economic Affairs.

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