La garantía de una renta mínima para los ciudadanos: sistemas de ingresos condicionadas versus sistemas no condicionados.
A lo largo de los últimos años, han ido apareciendo en el mundo diferentes tipos de prestaciones para luchar contra la creciente desigualdad y mantener un grado de protección social aceptable.
Existe una diferente gama de sistemas de prestaciones o ingresos condicionados al cumplimiento de ciertos requisitos, entre los que estaría el Ingreso Mínimo Vital (IMV) que el Gobierno está trabajado para implantarlo en España. Frente a las anteriores, estarían las opciones de prestaciones universales o no condicionadas como, por ejemplo, sería la renta básica universal (RVU).
Estas serían las principales opciones de prestaciones mínimas o “redes de seguridad”:
1. Sistemas de ingresos condicionados
Existen diferentes tipos de ingresos condicionados. A continuación, los comentamos.
1.1 El ingreso mínimo vital
Los sistemas de ingresos condicionados más conocidos serían las rentas mínimas de inserción o los ingresos mínimos garantizados.
En base a los mismos, cualquier persona que cumpla unos determinados criterios de elegibilidad puede acceder a una renta mínima que se concede durante un período de tiempo y bajo determinadas circunstancias, como son la búsqueda activa de trabajo. No son universales ya que no están dirigido a todos los ciudadanos, sino solo a los más vulnerables. El importe de la renta varía en función del presupuesto disponible por la Administración Pública que lo paga.
En España hay en vigor, en diferentes Comunidades Autónomas, sistemas de ingresos mínimos y rentas mínimas de inserción, con dotaciones presupuestarias y resultados desiguales.
A nivel internacional, destacan el caso del programa Bolsa Familia de Brasil y del programa Oportunidades de México, en los que cuantías mensuales se vinculaban a acciones de inserción y promoción, como puede ser la asistencia de los hijos de la familia beneficiaria al colegio. Hay unos 18 países América Latina que ejecutan este tipo de iniciativas de ingresos condicionados.
El principal problema que plantean los ingresos condicionados está relacionado con el diseño de los mismos en relación a las condiciones de acceso a la prestación y con los procesos de salida, ya que si esta es demasiado brusca puede generar un problema de desincentivación a buscar salir de esa situación (por ejemplo, a buscar empleo). Sin embargo, en general los sistemas de rentas mínimas no constituyen un factor de retraso en el acceso al mercado de trabajo, como se ha mostrado en el caso del País Vasco.
Otro de los retos es la sujeción al cumplimiento de los requisitos para cobrar esas prestaciones y como se evalúa su cumplimiento. Además, los niveles de cobertura de estos sistemas de rentas de inserción no son universales, en muchas ocasiones no llegan a toda la población en situación de pobreza, y las dotaciones presupuestarias tienden a ser insuficientes para cumplir sus objetivos.
1.2 Los impuestos negativos sobre la renta
El impuesto negativo sobre la renta supone que una persona, que se encuentra bajo determinado umbral de rentas, recibe una aportación del Estado (impuesto negativo) hasta alcanzar ese nivel de umbral, a partir del cual comienza a pagar impuestos.
La cuantía que recibe la persona es la diferencia entre su renta bruta y el umbral establecido.
El mecanismo original de impuesto negativo proponía simplificar a partir del mismo los sistemas de protección social, unificando en un único instrumento todos los subsidios.
Existen distintas modalidades de impuesto negativo, por ejemplo:
- Puede dirigirse exclusivamente a las personas que ya tienen ingresos, aunque estos sean pequeños, funcionando en ese caso como un complemento de las rentas que se obtienen, ya que acceder al mismo se debe presentar una declaración de la renta.
- Otra modalidad de impuesto negativo es el crédito fiscal. Se otorga el crédito fiscal a las personas que, a pesar de trabajar, no alcanzan determinados ingresos, de manera que, llegado el momento de realizar la declaración de la renta, este crédito es deducido de sus impuestos, aportando un complemento salarial.
Este modelo es utilizado en Estados Unidos, a través del crédito tributario por ingreso al trabajo (EITC). Este es el principal programa de apoyo a las familias en situación de pobreza en Estados Unidos. El Gobierno complementa, a través de una transferencia, los ingresos de los trabajadores más pobres, atendiendo a sus circunstancias personales y familiares. Las cuantías se incrementan en los tramos bajos y se reducen según se acercan al umbral superior de cobertura.
La principal ventaja del crédito fiscal a es que, al aplicarse exclusivamente para las familias que tienen algún tipo de ingresos por trabajo, suponen un importante incentivo para trabajar, aunque sea en trabajos con salarios bajos o a tiempo parcial.
La principal limitación del EITC es su incapacidad para proteger a las personas sin ningún tipo de ingresos. Asimismo, se han producido dificultades administrativas en su gestión administrativa.
2. Sistemas de subsidios no condicionados a ingresos
2.1 La Renta básica universal
La renta básica universal (RBU) se basa en el pago de una cuantía económica fija, igual y universal para todos los ciudadanos, con independencia de su nivel de renta y conductas.
Si bien no es el camino por donde se está trabajando en España, en los últimos años, está siendo considerada una opción por parte de las corrientes principales de la economía.
La renta básica universal supone una modalidad de subsidio sencilla de administrar. La gran dificultad que plantea es la capacidad de financiar un programa de tal magnitud y de enorme coste, así como las dudas que plantea sobre su impacto en materia de incentivos.
Este modelo ha sido testeado en algunos países, como el programa desarrollado en Finlandia entre 2016 y 2018, ya concluido. Asimismo, está el caso del Fondo Permanente de Alaska, por el que los ciudadanos de este Estado reciben una cuantía periódica en compensación por el uso de los recursos naturales.
2.2 Dotación de un capital universal desde el nacimiento
Este tipo de medida está pensada para compensar el efecto de la desigualdad entre generaciones y permitir arrancar la vida adulta en unas mejores condiciones económicas.
Esta dotación universal de un capital podría ser utilizada para el ahorro, para formación, en la puesta en marcha de un negocio o sencillamente para consumo. Este capital sería de libre disposición una vez que se alcanzara la vida adulta.
El objetivo de esta medida es favorecer la igualdad de oportunidades al inicio de la vida adulta, ampliando las posibilidades de las personas durante su vida.
En alguna de las modalidades de este capital universal, sus precursores proponen que la dotación de capital debería reintegrarse al fondo inicial al final de la vida profesional (descontando los intereses).
3. Trabajo garantizado
Esta medida, hoy teórica en el mundo, supondría la puesta en marcha de programas que, financiado por el sector público, conceden un trabajo para las personas que lo hayan perdido.
En definitiva, sería una política de activación del empleo, que sitúa al Estado como “empleador de último recurso”, con un objetivo de mantenimiento del pleno empleo.
Bernie Sanders lo incorporó a su plataforma electoral en 2016 en Estados Unidos, generando un intenso debate sobre su viabilidad.