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Jubilación   16 Oct 2023

Qué relación tienen los estudios de Claudia Goldin, Nobel de Economía 2023, sobre la brecha salarial entre hombres y mujeres, con la brecha de género de las pensiones en España

Autor

Instituto BBVA de PENSIONES

Claudia Goldin, profesora de economía de la Universidad de Harvard, acaba de ser premiada con el Nobel de Economía 2023, por haber proporcionado, según la Academia sueca, “el primer relato completo de los ingresos de las mujeres y su participación en el mercado laboral a lo largo de los siglos”. Si bien ella no lo aborda, detrás de sus conclusiones también se explican e infieren algunas de las causas de la brecha de genero de las pensiones en países como España.

Según la Real Academia Sueca de las Ciencias, la investigación de Goldin revela las causas del cambio, así como las principales fuentes de la brecha de género restante. Claudia Goldin recopiló más de 200 años de datos de Estados Unidos, lo que le ha permitido demostrar cómo y por qué las diferencias de género en los ingresos y las tasas de empleo han cambiado con el tiempo. A pesar de la modernización, el crecimiento económico y el aumento de la proporción de mujeres empleadas en el siglo XX, durante un largo período de tiempo la brecha salarial entre mujeres y hombres apenas se cerró. Una vez analizados los datos, Goldin llegó a la conclusión de que la brecha salarial entre mujeres y hombres se deben a cuestiones educativas, así como por el nacimiento del primer hijo.

Las mujeres están muy subrepresentadas en el mercado laboral mundial y, cuando trabajan, ganan menos que los hombres”. Según la mujer premio Nobel de Economía 2023, parte de la explicación a la importante brecha salarial entre hombres y mujeres es que las decisiones educativas, que impactan a lo largo de la vida en las oportunidades profesionales, se toman a una edad relativamente temprana.
Según Goldin, "Si las expectativas de las mujeres jóvenes están formadas por las experiencias de generaciones anteriores (por ejemplo, sus madres, que no volvieron a trabajar hasta que sus hijos crecieron), entonces el desarrollo será lento". Históricamente, gran parte de la brecha de género en los ingresos podría explicarse por diferencias en la educación y las opciones ocupacionales. Sin embargo, según apunta la Academia sueca “Goldin ha demostrado que la mayor parte de esta diferencia de ingresos se da ahora entre mujeres y mujeres en la misma ocupación (es decir, por ejemplo, entre dos mujeres que desarrollan el mismo trabajo), y que surge en gran medida con el nacimiento del primer hijo". Durante el siglo XX, los niveles de educación de las mujeres aumentaron continuamente, y en la mayoría de los países de altos ingresos ahora son sustancialmente más altos que los de los hombres. Goldin demostró que el acceso a la píldora anticonceptiva desempeñó un papel importante en la aceleración de este cambio revolucionario al ofrecer nuevas oportunidades para la planificación profesional. El Comité del Premio de Ciencias Económicas, en un comunicado emitido con motivo de la concesión del premio, afirmaba que "comprender el papel de las mujeres en el trabajo es importante para la sociedad. Gracias a la innovadora investigación de Claudia Goldin, ahora sabemos mucho más sobre los factores subyacentes y sobre los obstáculos que tal vez sea necesario abordar en el futuro”. El libro más reciente de Goldin, "Carrera y familia: el viaje centenario de las mujeres hacia la equidad", es una investigación de generaciones de mujeres que han intentado equilibrar su profesión con la vida familiar.

La brecha de género de las pensiones en España

En España, la actual brecha de genero de las pensiones (la diferencia del importe medio de pensión entre hombres y mujeres) está muy vinculada algunos de los factores que menciona Goldin en sus investigaciones, y que se han dado especialmente en décadas pasadas. Estos son los datos:  
El importe de las pensiones actuales son una consecuencia directa de los salarios y las cotizaciones, así como de los periodos de alta y, en contraposición, de los periodos de inactividad de personas que estuvieron en las décadas pasadas en el mercado laboral y que ahora son pensionistas.
 
Detrás de esas diferencias en las pensiones actuales entre un género y otro están, entre otros:
  • El mayor salario abonado a los hombres en muchos casos, especialmente en el pasado, para el caso del desempeño del mismo tipo de trabajo.
  • Las interrupciones de la actividad laboral (excedencias, reducción de jornada o, en general, periodos sin trabajar ni cotizar) para cuidar a los hijos, que se producían mayoritariamente en el caso de las mujeres, y que daban lugar bien a lagunas de cotización (periodos sin cotización) que, aunque se integren con la base mínima, suponen una caída del importe de pensión, o bien una reducción de la base de cotización por reducción de jornada.
  • Las diferencias en la calidad del empleo al que accedían hombres y mujeres (y en algunos casos, esas diferencias siguen existiendo), así como por la parcialidad y la temporalidad en el trabajo que afectan principalmente a mujeres. El trabajo a tiempo parcial y el trabajo temporal, normalmente trabajos de menor cualificación, han sido habitualmente desempeñados por mujeres.
 La incorporación mayoritaria de la mujer al mercado laboral desde hace varias generaciones (durante las últimas décadas del siglo XX y primeras del XXI), y su acceso mayoritario a una educación de grado superior (por ejemplo, universitaria y de postgrado) que permite el acceso a empleos de mayor calidad, la legislación garantista de equidad de género, así como las políticas de igualdad y de equidad retributiva en las empresas, deberían en un futuro próximo reducir y llegar a eliminar completamente esa brecha de género. Pero los efectos sobre las pensiones son retardados: para pensiones iguales por género, se requiere una generación completa de mujeres y hombres en igualdad en el mercado laboral, durante un ciclo completo (unos 35 o 40 años).
Las medidas adoptadas en la última reforma de las pensiones para reducir la brecha de genero de las pensiones, mientras esta continue por encima del 5% (véanse en este artículo vinculado estas medidas) (*), ayudarán a atenuar esa brecha de género. Pero no serán en absoluto suficientes por si solas sin una igualdad real de oportunidades laborales, e igualdad salarial entre mujeres y hombres (a igualdad de puestos), incluyendo la desaparición de los “techos de cristal” para el acceso a los puestos directivos por parte de las mujeres.
 
La brecha de genero de las pensiones en España es consecuencia de la brecha de género de los salarios, y de la diferencia de calidad del empleo (la parcialidad, la temporalidad, el acceso a puestos de trabajo más técnicos y productivos y, por tanto, mejor retribuidos). (*) Entre esas medidas destaca el cómputo íntegro de los periodos trabajados a tiempo parcial a efectos de cumplimiento del periodo requerido para tener derecho a la pensión y a efectos del porcentaje aplicable a la base reguladora (en función del número de meses cotizados) para calcular la pensión, así como la mejora en el cómputo de las lagunas de cotización para las mujeres.  A esas nuevas medidas de reducción de la brecha de género, se une el complemento de brecha de género en las pensiones , que entró en vigor en febrero de 2021, y que se verá incrementado en un 10% en 2024 más otro 10% en 2025.

Más Información:

La brecha de género en las pensiones: equiparar los salarios de las mujeres a los de los hombres igualará sus pensiones futuras

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