La crisis de COVID-19 ha dejado al descubierto vacíos y brechas preexistentes en los mecanismos de protección social. A medida que aumentó el número de trabajadores enfermos, otros redujeron sus horas de trabajo o incluso perdieron empleos, las licencias retribuidas por enfermedad, los planes de trabajo de corta duración y las prestaciones por desempleo se han implementado. Ésto ha ayudado a mantener los ingresos de muchos, pero incluso en países con la protección social más avanzada, algunos trabajadores con trabajos no estándar y sus familias se ven descolgados. La situación es peor en países con grandes sectores informales donde un número creciente de personas pierde trabajo sin acceso a nuevos ingresos. Este informe analiza las medidas de política que los países han tomado para apoyar los medios de vida de aquellos que no pueden acceder a las ayudas por desempleo o a planes de trabajo a corto plazo. Examina la gran cantidad de nuevos programas introducidos en toda la OCDE, y más allá, que incluyen asistencia de recursos efectivo, nuevos esquemas de transferencias monetarias y apoyo directo para aquellos que luchan por cubrir sus gastos. También se analiza cómo cerrar las brechas de protección social más allá de la crisis para garantizar un crecimiento inclusivo después de COVID-19.