Informe del Instituto de Actuarios Españoles sobre la Seguridad Social española: situación actual y perspectivas futuras.
El Instituto de Actuarios Españoles presentó el pasado 30 de octubre un extenso informe que tiene por objeto describir los principales problemas que presenta el sistema público de pensiones español y apuntar algunas de las soluciones a adoptar de cara al futuro. El informe ha sido validado por una comisión de reconocidos expertos en las materia: Enrique Devesa (Universidad de Valencia), Mercedes Ayuso (Universidad de Barcelona y Risk-Center), Iñaki De la Peña (Universidad del País Vasco), Rafael Doménech (Universidad de Valencia y BBVA Research), Miguel Ángel García (Universidad Rey Juan Carlos), Gregorio Gil de Rozas (Instituto de Actuarios Españoles), José Antonio Herce (Analistas Financieros Internacionales), Javier Olaechea (Instituto de Actuarios Españoles), Luis Mª Sáez de Jáuregui (Instituto de Actuarios Españoles y Universidad Carlos III) y Miguel Ángel Vázquez (UNESPA).
Algunas de las principales conclusiones que cabe extraer del informe pueden quedar sintetizadas del siguiente modo:
- Las pensiones españolas son inequitativas desde diferentes de punto de vista. Entre otros elementos, el informe destaca, de un lado, la inequidad intergeneracional, en el sentido de que dicho gráficamente un padre y su hijo, ambos jubilándose a la misma edad y en las mismas condiciones, en realidad cobrarán pensiones diferentes, porque el hijo, por efecto del desplazamiento de la esperanza de vida, la cobraraÌ durante más años. Esta inequidad es la que genera la necesidad de ajustar las pensiones de acuerdo con la esperanza de vida; medida implementada en diversos sistemas de pensiones y en España a través del llamado Factor de Sostenibilidad, cuya entrada en vigor, sin embargo, estaÌ hoy suspendida.
- Por otra parte, se hace especial hincapié en que el sistema de pensiones carece de equidad actuarial, según la cual el pensionista debe recibir como pensión aquello que cotizoÌ como trabajador, más una “rentabilidad” coherente con el crecimiento económico para así poder mantener la viabilidad del sistema. Está “rentabilidad” debería estar actualmente en torno al 2-3% y, sin embargo, en la práctica se sitúa en torno a 4,4%.
- Las inequidades del sistema de pensiones contribuyen a su falta de sostenibilidad financiera, que se ve agravada, además, por el factor demográfico. Si la relación entre cotizantes y pensiones se deteriora a una velocidad superior al crecimiento del PIB, por muy equitativo que sea el sistema también se darán problemas de sostenibilidad, pues a largo plazo se generarán menos ingresos de los que necesita el sistema.
- Consideraciones como las anteriores, son las que llevan al informe a apuntar que para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones, no sólo puede ser necesario mantener en el tiempo medidas como la ya introducida –aunque también suspendida temporalmente- de fijar la revalorización anual de las pensiones en torno al 0,25% y no en torno al incremento del IPC, sino también medidas adicionales dirigidas a reducir el efecto sustitución; esto es, a reducir la cuantía de las nuevas pensiones generadas en el sistema, para lo cual parece haber margen considerando que diferentes indicadores ponen de manifiesto que las pensiones españolas son de las más generosas a nivel de la UE.
- Considera, en fin, el informe que, dada la importancia social de las pensiones, las medidas se deberían adoptar desde ya y de forma gradual, antes de que la falta de sostenibilidad exija adoptar ajustes más bruscos y menos respetuosos con el reparto equitativo de esfuerzos entre generaciones.