El tránsito de la vida activa a la jubilación tiene importantes repercusiones económicas. Te contamos cómo planificarlo.
La jubilación es uno de los hitos en la vida de una persona por diferentes razones. El punto final a la carrera profesional trae una serie de cambios importantes: tiempo libre que ocupar con nuevas actividades, cambios de hábitos y rutinas. Y todo ello bajo una nueva situación económica: los ingresos que vamos a percibir como jubilados son menores que los que percibíamos en la fase final de nuestra etapa activa.
Impacto económico
La pensión pública española es
una de las más generosas de los países de nuestro entorno. Actualmente, lo que se conoce como tasa de sustitución, que se refiere a la cuantía de la pensión en relación a la última situación salarial previa a la jubilación,
es del 75% frente a niveles del 40% del Reino Unido, 45% de Alemania o 60% de media en países pertenecientes a la OCDE.Esto quiere decir que, para un salario medio, un individuo recibirá tras jubilarse
una pensión equivalente al 75% del salario que tenía la última etapa de su vida profesional.
La importancia del ahorro
Para mantener en la jubilación el nivel de vida previo a la misma, es esencial
haber planificado esta situación y contar con una provisión de ahorro para complementar la pensión pública.Hay que recordar que lo normal en la jubilación es que
no haya una sustancial reducción de gastos, sino que estos tienden a transformarse: aquel dinero dedicado a gastos relacionados con la actividad laboral (desplazamientos, dietas) tienden a ser sustituidos por nuevos gastos, como aquellos que rodean las nuevas dedicaciones, aficiones e intereses de esta nueva etapa. Puede ser frecuente, además, que
haya gastos extraordinarios en esta etapa de jubilación, como puede ser colaborar en la boda de un hijo.
Complementar la pensión
Por tanto es esencial
cubrir ese diferencial para mantener el nivel de ingresos tras la jubilación (
Estoy ahorrando para la jubilación: ¿voy bien?).Es importante tener en cuenta también que el hecho de que exista una
pensión máxima (2.554,49 euros en 14 pagas en 2014) implica que aquellos con un salario más elevado, van a tener
una tasa de sustitución menor, con lo que deberán complementar la pensión pública con cantidades notablemente más elevadas de contribución de ahorro personal.Es decir, con una pensión máxima de 35.762,86 euros anuales, un individuo con un salario anual de 100.000 euros, necesita un complemento anual de casi 65.000 euros si su objetivo es mantener el nivel de ingresos una vez jubilado. La tasa de sustitución de esta persona se sitúa
ligeramente por encima del 35%.Debemos tener esto presente desde el inicio de nuestra vida profesional, dado que el ahorro para la jubilación es una carrera de largo plazo que debe ser planificada con mucha antelación para, por un lado, reducir el esfuerzo ahorrador y por otro poder afrontar posibles imprevistos de manera solvente (
Los españoles: muy preocupados por no tener dinero suficiente durante la jubilación ).Recuerda realizar un
plan de ahorro a largo plazo desde el mismo momento de
tus primeros ingresos. No olvides realizar
revisiones periódicas del mismo, haciendo estimaciones de cómo evoluciona tu salario y cuál va a ser tu tasa de sustitución futura. Y en función de estas revisiones, no dudes en tomar decisiones para
adaptar tu ahorro a las circunstancias de cada momento.