Ejemplos de protección de los ingresos familiares y del nivel de vida a través de seguros de vida
A la hora de acudir a un Seguro de Vida para cubrir la posible caída de ingresos debido a un fallecimiento prematuro o una invalidez, cada persona y familia debe cubrirse de manera personalizada, atendiendo a la potencial brecha por la pérdida de ingresos derivada de ese acontecimiento. No es conveniente el café para todos. Ponemos varios ejemplos de personas en situaciones diferentes.
Juan y Laura: mismos ingresos, pero edades y riesgos diferentes
Juan y Laura tienen salarios similares (30.000 euros anuales). Ambos son previsores y disponen de un seguro de vida por igual capital asegurado: 125.000 euros. Juan es tornero en una pequeña empresa y Laura es especialista de marketing en una empresa multinacional.
Juan tiene 59 años, su esposa no tiene ingresos y depende económicamente de él, y no tienen hijos a cargo ya que se acaban de emancipar.
Laura tiene 38 años, con 2 hijos pequeños a cargo (1 y 3 años), su esposo también trabaja y tiene ingresos casi iguales a los de Laura.
En caso de que, por ejemplo, tanto Juan como Laura enfermarán o sufrieran un accidente y ambos falleciesen este mismo año, la situación sería económicamente más difícil para la familia de Laura, porque, aunque su marido tenga ingresos razonables, tienen por delante más de 20 años de educación y cuidado de los niños, por lo que necesitaría más capital. Además, hay que tener en cuenta que, si bien el salario de Laura hoy son 30.000 euros anuales, por su cualificación profesional, probablemente hubiera ido incrementándose a lo largo de los años, lo que hubiera repercutido en mayores oportunidades para sus hijos.
Juan, en cambio, no tiene que mantener a sus hijos, aunque debe de preocuparse de que su esposa quede bien cubierta, con un complemento adecuado a la pensión de viudedad y a los ahorros que Juan ha ido haciendo para su jubilación.
Además, al ser 21 años más joven, Laura va 21 años por detrás de Juan en generación de ahorro para la vejez, que en el caso de Juan serviría para acrecentar los ingresos de su viuda.
125.000 euros de capital asegurado pueden ser adecuado para cubrir una eventual brecha de ingresos que deje Juan, y en cambio podrían ser insuficientes para Laura:
- Los gastos ordinarios son superiores en la unidad familiar de la joven profesional, con hijos en la primera etapa escolar y con toda la etapa formativa por delante, situación en la que normalmente no se encontraría Juan, pese a que su mujer sea dependiente económicamente.
- En una cobertura por fallecimiento e invalidez en forma de renta periódica hasta la fecha de edad ordinaria de jubilación, el importe a asegurar por Laura sería superior: por ejemplo, garantizar un 100% de la diferencia entre (salario neto actual menos las pensiones públicas de supervivencia -viudedad y/o orfandad-) durante 29 años (hasta los 67 años) supone un capital asegurado mayor que garantizarlo para Juan durante 7 años (hasta su jubilación).
Ambos tienen situaciones que proteger para el caso de fallecimiento: Juan la de su esposa, Laura la de sus hijos.
Juan podría mantenerse en esos 125.000 euros de capital asegurado. Laura también porque su marido gana un sueldo similar al suyo. Si estuviera sola debería asegurar al menos 250.000 euros (8 anualidades de salario).
El caso de un soltera convencida
Es importante concienciar sobre la relevancia de la cobertura de la invalidez permanente para los solteros porque, aunque no tengan familia a cargo a quien deban proteger, el gap de ingresos para el profesional que la sufre es importante. Además, dependiendo del grado de invalidez necesitará de cuidados o incluso un cuidador a tiempo completo (gran invalidez), y quizás no tenga familia cercana que se encargue de él o ella.
Ponemos un ejemplo.
María tiene 40 años, está separada y no tiene hijos, ama la independencia y no piensa volver a casarse ni tener descendencia. Tiene unos buenos ingresos, un trabajo estable y unos buenos ahorros. No le preocupa contratar un Seguro de Vida, porque nadie en su familia depende económicamente de ella ni parece que dependerá en el futuro.
Pero su asesor, le aconseja que contrate un Seguro de Vida para dejar cubierta la caida de ingresos por incapacidad permanente y especialmente la incapacidad absoluta, la gran invalidez y la dependencia, por si en el futuro necesitase que alguien cuidase de ella.
Como en España son muy pocas las opciones existentes para cubrir solo la incapacidad permanente por cualquier causa, sin contratar también la garantía principal de fallecimiento, decide contratar un seguro de vida que incluya ambas, pensando que si fallece este patrimonio beneficiaría a sus sobrinos en el futuro, por ejemplo, dándoles más opciones en educación.
Es importante asegurarse y protegerse en niveles adecuados
La gran mayoría de españoles no tiene recursos apropiados para protegerse de una pérdida o incapacidad.
Como indicaba Zurich Seguros en su informe de 2017 «La Protección de Ingresos en España», sólo el 28% de los españoles cuenta con un seguro que les garantice seguir disponiendo de ingresos en caso de que una situación le impida trabajar. Los españoles están preparados económicamente solo durante 3,3 años (tienen ahorros, seguros u otras fuentes) para soportar una brecha de ingresos por invalidez o fallecimiento. La media europea son 4,6 años.