Tras 10 años de reformas en el sistema público de pensiones, el ahorro previsional es ahora más necesario que nunca
El necesario impulso a los sistemas de previsión social colectivos debe llevarse a cabo sin menoscabo de los sistemas individuales de previsión social complementaria.
Así se desprende de las conclusiones del estudio, Necesidad del ahorro previsión tras una década de reformas en el sistema público de pensiones, elaborado por el Instituto Español de Analistas Financieros y la Fundación de Estudios Financieros.
Entre los autores del estudio se encuentra Mercedes Ayuso, miembro del Foro de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones. Los otros dos expertos que han participado en la elaboración del informe son Inmaculada Domínguez, de la Universidad de Extremadura, y Enrique Devesa, de la Universidad de Valencia.
Según recuerda el informe, la reciente reforma de la fiscalidad de la previsión social castiga especialmente a los ahorradores individuales, que desde 2021 ven reducido a 2.000 euros anuales el máximo que se pueden deducir con su plan privado, frente a los 8.000 euros anteriores. Y dentro de este grupo, los más perjudicados son los mayores de 50 años, "a quienes la drástica reducción del límite deducible les impide ahorrar para su jubilación precisamente a unas edades elevadas, cuando son más vulnerables y necesitan incrementar sus recursos de cara al retiro".
Estos expertos abogan por "incrementar el límite de los actuales 2.000 euros, especialmente en el caso de personas mayores de 50 años, en consonancia con la teoría del ciclo vital".
El informe apunta que la comparativa histórica de las ventajas fiscales de los planes de pensiones constata el empeoramiento progresivo para el ahorrador particular.
Conclusiones y Recomendaciones del informe
Las pensiones de jubilación se basan en el sistema de los tres pilares: un primer pilar, en el que se encuadran las prestaciones públicas, un segundo pilar vinculado al ámbito empresarial y un tercer pilar de ahorro individual.
El escaso desarrollo en España, en comparación a los países de la OCDE, de estos dos últimos pilares ha tenido que ver con la elevada tasa de sustitución que otorga el sistema público de pensiones. Tras las reformas de 2011 y de 2013 la tasa de sustitución se verá reducida. A estas reformas se unen los inminentes cambios que se producirán en el sistema para dar cumplimiento a las Recomendaciones del Pacto de Toledo y que, según el estudio, también conllevarán una disminución de la tasa de sustitución.
La conclusión inmediata es que, tras 10 años de reformas, el ahorro previsional es, si cabe, más necesario ahora que nunca.
Estas son las 12 recomendaciones que proponen los expertos que han elaborado el estudio:
Recomendaciones Sistema Público
Las reformas que se lleven a cabo sobre el sistema público de pensiones han de contar con:
- Mecanismos de ajuste automático, que, por un lado, permitieran incorporar las variaciones de la esperanza de vida al cálculo de la pensión inicial y la corrección sistemática de los desequilibrios entre población cotizante y población pensionista y años de vida por cohortes o generaciones. Y, por otro lado, pudieran mejorar la sostenibilidad del sistema.
- Mayor transparencia, informando a cada persona de cuál es su pensión esperada en euros actuales desde que empieza a cotizar, de forma que los ciudadanos sean conscientes de los ingresos con los que contarán cuando se jubilen y puedan tomar las decisiones de ahorro oportunas desde jóvenes, complementando su pensión pública a través de sistemas de previsión de empleo e individuales.
- Mayor contributividad, es decir, una mayor relación entre pensiones y cotizaciones, lo que incentivaría estas últimas, al percibirse que todo esfuerzo contributivo genera una mejora de la pensión del mismo orden de magnitud. Podría ser crucial para “convencer” a los autónomos de que deberían aumentar sus cotizaciones.
- Han de tener en consideración la evolución de la longevidad, y han de repartir el efecto de ésta entre cotizantes y pensionistas.
- Para evitar las ineficiencias derivadas de la presión demográfica en un sistema de pensiones de reparto como el nuestro, sería conveniente llevar a cabo una reforma estructural dirigida a la implementación de un sistema de reparto de contribución definida (cuentas nocionales).
- En un sistema de cuentas nocionales el cálculo de la pensión inicial está ligado a lo realmente cotizado y a la esperanza de vida del individuo en el momento en que se jubile; edad que podría y debería elegir libremente el interesado en función de sus expectativas de pensión.
Recomendaciones en el ámbito de la previsión social colectiva
- Se han de recuperar los incentivos a los empresarios que realicen aportaciones a los sistemas complementarios de previsión social:
• Deducción del 10% de la aportación en la cuota del Impuesto sobre Sociedades.
• No sujeción a cotización a la Seguridad Social de las contribuciones empresariales a favor del trabajador a sistemas de empleo.
• Límite separado de aportación a sistemas de empleo e individuales.
- Los anunciados fondos de pensiones de empleo de promoción pública se han de diseñar de manera consensuada y con un período de implementación realista.
Según los autores, resulta esencial, para estimular la competencia, que para cada uno de estos fondos de empleo públicos puedan existir varias entidades gestoras y depositarias. Además, que se permita que dentro de cada fondo de pensiones de empleo público existan varias opciones de inversión para dar respuesta a la diversidad de perfiles de riesgo de los partícipes. - Las aportaciones a los sistemas complementarios deben realizarse tanto por parte del empresario como por parte del trabajador y encontrarse incentivadas fiscalmente, tanto las que se realicen a fondos de pensiones de empleo públicos como privados.
Deben permitirse que no sólo las contribuciones empresariales, sino también las aportaciones de los trabajadores a sus sistemas de empleo, puedan alcanzar los 10.000 euros anuales.
Recomendaciones en el ámbito de la previsión social individual
- Se ha de incrementar el límite de aportación de 2.000 euros, especialmente en el caso de personas mayores de 50 años, en consonancia con su ciclo vital.
En relación a la reducción de límites recientemente aprobada, no deberían reducirse los límites de aportación a sistemas individuales mientras que no se establezcan las bases que permitan un desarrollo paralelo de los sistemas de empleo. Resultaría necesaria una implementación gradual de esta medida (al menos durante 4 años), así como fijar un límite máximo de aportación a los sistemas de previsión social individual al final de dicho período más alto que los 2.000 euros anuales actualmente vigentes en el año 2021. - El necesario impulso a los sistemas de previsión social colectivos (segundo pilar) debe llevarse a cabo sin menoscabo de los sistemas individuales de previsión social complementaria (tercer pilar).
La reducción del límite máximo de aportación a los sistemas individuales a 2.000 euros anuales puede perjudicar notablemente el futuro desarrollo del nuevo Producto Paneuropeo de Pensiones Individuales (en inglés, PEPP), que será una realidad a partir del segundo semestre de 2022, y que difícilmente podrá tener éxito en España si carece de unos incentivos fiscales adecuados.
- Asimismo, en el momento del rescate, la parte de la prestación que exceda de las contribuciones empresariales y aportaciones individuales (es decir, la rentabilidad obtenida), debería integrarse en la base imponible del ahorro (y no como rendimiento del trabajo), tributando al tipo de gravamen reducido previsto en la Ley del IRPF para las rentas del ahorro.